Deportes La leyenda apareció en una avioneta
“Gimnasia, el equipo con más pasión del mundo”
La arena y el mar ahí nomás, pero en el sentir de estos fieles nada más natural que el contacto con la camiseta albiazul. Llegaron en 36 micros y se desató una ruidosa manifestación en plaza Colón. En la cancha, una locura
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nacen la tristeza, la alegría y la desesperación. Hete aquí, en frase tan célebre, una de las explicaciones de esta movida -una de las de antes, inexplicables-, de la hinchada de Gimnasia
En la madrugada salieron unos 50 micros con destino a Mar del Plata, unos 2.000 albiazules que cantaron hasta perder la voz. Los esperó un sábado ventoso, un espanto para los que deseaban acostarse en la arena. Nadie, pero nadie, en las playas marplatenses.
El café para unos, el mate para la mayoría, fueron otros compañeros antes de las 22, cuando por fin apareció el equipo en el Mundialista.
Pero la tarde tenía dos sorpresas muy locas. La principal fue cuando una avioneta, de las que bordean la costa con propagandas, esta vez sobrevoló por el cielo gris con la leyenda “Gimnasia, el equipo con más pasión del mundo”.
A las 18 hubo encuentro obligatorio en la plaza Colón, de frente al histórico edificio del Casino. Pibes, muchos pibes, con portación de banderas, rompieron la monotonía de un fin de semana caracterizado por el tumultuoso cambio de quincena.
“Yo te sigo a todas partes donde vas...”, volvió a cantarse el candombe del Negro José, viejo tema si los hay.
La policía advirtió que no podrían cortar la calle y eso fue respetado por los que a la noche sólo pedían estar en el estadio. Allí fueron todos, al Minella, como en los inicios de este siglo en que La Feliz le abrió las puertas al Lobo como nunca antes había pasado, con un par de clásicos mudados, con el amigo Racing, con Independiente ayer.
“Gimnasia, el equipo con más pasión del mundo”
La arena y el mar ahí nomás, pero en el sentir de estos fieles nada más natural que el contacto con la camiseta albiazul. Llegaron en 36 micros y se desató una ruidosa manifestación en plaza Colón. En la cancha, una locura
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nacen la tristeza, la alegría y la desesperación. Hete aquí, en frase tan célebre, una de las explicaciones de esta movida -una de las de antes, inexplicables-, de la hinchada de Gimnasia
En la madrugada salieron unos 50 micros con destino a Mar del Plata, unos 2.000 albiazules que cantaron hasta perder la voz. Los esperó un sábado ventoso, un espanto para los que deseaban acostarse en la arena. Nadie, pero nadie, en las playas marplatenses.
El café para unos, el mate para la mayoría, fueron otros compañeros antes de las 22, cuando por fin apareció el equipo en el Mundialista.
Pero la tarde tenía dos sorpresas muy locas. La principal fue cuando una avioneta, de las que bordean la costa con propagandas, esta vez sobrevoló por el cielo gris con la leyenda “Gimnasia, el equipo con más pasión del mundo”.
A las 18 hubo encuentro obligatorio en la plaza Colón, de frente al histórico edificio del Casino. Pibes, muchos pibes, con portación de banderas, rompieron la monotonía de un fin de semana caracterizado por el tumultuoso cambio de quincena.
“Yo te sigo a todas partes donde vas...”, volvió a cantarse el candombe del Negro José, viejo tema si los hay.
La policía advirtió que no podrían cortar la calle y eso fue respetado por los que a la noche sólo pedían estar en el estadio. Allí fueron todos, al Minella, como en los inicios de este siglo en que La Feliz le abrió las puertas al Lobo como nunca antes había pasado, con un par de clásicos mudados, con el amigo Racing, con Independiente ayer.